San Sebastián y su leyenda en la Catedral de Mallorca
El mes de enero es el mes de los principales santos en Mallorca. En Palma, el día 20 se celebra la fiesta del patrón de la ciudad, San Sebastián, que tiene una curiosa historia y una reliquia de parte del brazo del santo, que se conserva en la Catedral.
En el año 1523 la ciudad de Rodas, en el sudeste del mar Egeo, llevaba mucho tiempo sitiada por las tropas turcas, quienes habían acabado con las órdenes militares que aparecieron durante las Cruzadas. En la isla estaba la reliquia de San Sebastián, y el arcediano de la ciudad, Manuel Surianesgui, no podía permitir que cayera en manos musulmanas, así que, al huir hacia la península ibérica, la llevó consigo en su viaje.
En el mes de septiembre, el barco en el que viajaba arribó al puerto de Palma, y precisamente en esa época, tanto la capital como la isla estaban inmersas en una fortísima epidemia de peste que estaba mermando la población.
Tras pasar unos días descansando, Surianesgui quiso volver a hacerse a la mar, llevándose con él la reliquia, pero un fuerte temporal impidió que el barco en el que viajaba saliera de la bahía.
Cada vez que el sacerdote trataba de abandonar la isla con la reliquia, el mar y el cielo se ponían en contra, evitando que el viaje en barco fuera posible, y una y otra vez, debían regresar a puerto.
Por este motivo, las autoridades eclesiásticas determinaron que la reliquia debía permanecer en la Catedral, y una vez instalada en su sitio, la epidemia empezó a remitir. Tal hecho se consideró un milagro del santo, que se convirtió, automáticamente, en el patrón de la ciudad.
La reliquia de San Sebastián en la Catedral de Mallorca
San Sebastián fue un mártir que murió asaeteado por orden del emperador. Su cadáver fue recuperado por los cristianos, quienes lo enterraron en las catacumbas de la Vía Apia.
En la Seu se haya, desde hace un poco más de 500 años, una de las reliquias del santo, que se conserva en un relicario del siglo XVI, elaborado con plata y madera. Durante las fiestas patronales de la ciudad, la reliquia cobra un papel importante y es visitada por fieles y devotos de toda la isla.
El relicario está compuesto por una base octogonal de gran tamaño, suspendida sobre unas bases orladas. Está decorada con óvalos y espejos, formas que recuerdan a las llamas y otros motivos que son muy típicos de los plateros mallorquines del siglo XVI.
La fiesta grande de Ciutat
El carácter religioso marca la festividad del día 20 de enero, pero estos días también se puede disfrutar de actividades lúdicas planificadas para toda la familia.
En la noche antes de San Sebastián la ciudad se llena de foguerons, hogueras en las que los ciudadanos torran todo tipo de embutidos, pan y carne para celebrar la fiesta. Esa noche hay música en directo en prácticamente todas las plazas importantes de Palma y la celebración se alarga hasta entrada la madrugada.
Al día siguiente hay programadas actividades deportivas, como la ya tradicional diada ciclista-si el tiempo lo permite- y culturales, que tienen lugar en el Castillo de Bellver, donde sólo por esta vez, se abre la enorme cueva sobre la que se construyó la fortaleza.
Durante toda la semana Palma hierve de fiesta y colorido, para celebrar al patrón que no quiso abandonar la ciudad a su suerte, ante la peste.