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Secretos de Palma

Te desvelamos 5 secretos de la ciudad de Palma

escrito por Es Príncep / junio 10, 2024

En el mes de mayo publicamos, el blog de Es Princep, cinco curiosidades que muy pocos conocen sobre la ciudad de Palma. Hablábamos de la Catedral, de la fachada del ayuntamiento o del castillo de Bellver.

Como hemos recibido muchas peticiones solicitando más información sobre otros secretos ocultos de Ciutat, hemos decidido investigar un poco, y aquí te dejamos una nueva entrada sobre cosas que casi nadie sabe de Palma.

La momia de un dragón, en el Museo Diocesano

En el siglo XVII un temible dragón vivía en el subsuelo de la ciudad, según cuentan las leyendas. Se sospechaba que la bestia vivía cerca de las murallas de lo que hoy en día es el parque del Mar y se ha dicho de ella que incluso secuestraba niños, a los que, por supuesto nadie más volvía a ver, porque los devoraba en su guarida.

Una noche el caballero Bartomeu Coch, conocido por su arrojo y valentía, salió a buscar al dragón. Lo encontró cerca de la muralla y acabó con su vida para ofrecérsela a su amada como prueba de sus sentimientos.

Y el dragón en cuestión se momificó y, actualmente, está custodiado en el Museo Diocesano. Se le conoce como el Drac de na Coca, y en realidad es un ejemplar de un cocodrilo tropical, desconocido en Mallorca, y que probablemente llegó a bordo de un barco. Un auténtico monstruo para la imaginación popular de aquella época y que hoy en día se puede visitar.

El banco de los vagos, delante del ayuntamiento

La fachada del ayuntamiento esconde un dragón -que no tiene nada que ver con el de la leyenda- y un caracol, firmas de los artesanos que la diseñaron. Pero el gran banco de piedra que forma parte de la construcción también tiene su propia historia.

Se le conoce como el banco de los vagos, o de los perezosos, y en mallorquín recibe el nombre de “sinofós” porque en esta lengua existe la expresión “si no fos per…” que viene a decir “si no fuera por…” y que los poco amantes del trabajo utilizaban como argumento y excusa para permanecer sentados tomando el sol.

El faro de Portopí, el tercero más antiguo del mundo

Y el segundo de España. La extremadamente corta lista viene encabezada por la Torre de Hércules, y seguida muy de cerca por la Linterna de Génova. Y el de Portopí es el siguiente, y que además está en funcionamiento.

Se trata de uno de los símbolos del paisaje de Palma y testigo de la historia marítima, desembarcos, batallas, intentos de huida y mil historias más que se han perdido en la memoria de los siglos.

En el faro, además, se puede visitar un museo en el que se muestra una exposición que repasa la historia de la señalización marítima, además de su evolución tecnológica.

San Sebastián: la reliquia que puede verse en la Catedral

Palma era un lugar muy codiciado por su situación estratégica. La parte negativa es que, precisamente por ser una ciudad portuaria, siempre estuvo más expuesta a la llegada de epidemias y enfermedades mortales, como la Peste en la Edad Media.

San Sebastián fue nombrado patrón de Palma porque se consideró que había intervenido directamente en la erradicación de la Peste en la ciudad, con lo que, tras el milagro, se lo nombró patrón de Palma. La reliquia que obró el prodigio es el hueso del brazo del Santo, que puede visitarse en la Catedral.

El rosetón de la Catedral, el más grande del mundo

La de Mallorca es la tercera catedral más alta de Europa y ha sido declarada Monumento Histórico Artístico. Su bóveda está a 44 metros de altura, la campana mayor pesa más de 4.500 kilos y el rosetón, con más de trece metros de diámetro, es el más grande del mundo entre todas las catedrales góticas.

Lo forman 1236 cristales de colores que dejan pasar la luz hacia el interior y que dos veces al año cruza la nave central para crear un ocho justo debajo del rosetón. Este acontecimiento, que acoge gran número de visitantes, recibe el nombre de espectáculo del ocho.

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