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castillo de Bellver

Una visita al interior del Castillo de Bellver

escrito por Es Príncep / septiembre 19, 2023

Es único en su especie. Un castillo gótico, ubicado en una colina de 112 metros, de planta redonda -el único de Europa del siglo XIV- y rodeado por un bosque de pinos, al estilo de una película medieval.

El castillo de Bellver se construyó entre los años 1300 y 1311 como parte de una cuidadísima planificación defensiva del rey Jaume II. Pero también debía ser la residencia de la familia real mallorquina, así que se diseñó como un palacio fortaleza, de marcado carácter defensivo, pero de gusto elegante y refinado en el interior, a la altura de un palacio real.

El interior del castillo de Bellver: un palacio con aires defensivos

El interior del castillo revela toda su grandeza. La construcción se organiza a partir de un pario de armas central, rodeado por veintiún arcos de medio punto. En la parte superior se diseñó una galería con cubierta de bóveda de crucería, con cuarenta y dos arcos ojivales.

Tres escaleras de caracol comunican las dos plantas, aunque una de ellas fue modificada en las últimas décadas para crear un acceso más amplio para los visitantes.

El centro del patio está señalado por un pozo con una cisterna que recibe el agua de lluvia, tanto del propio patio como de las terrazas.

La organización del castillo en el siglo XIV

En la planta baja del castillo estaban las estancias en las que se guardaba todo lo que abastecía a los habitantes. Otras eran el alojamiento del personal de servicio y de los soldados.

En la planta superior estaban las estancias nobles, con los aposentos de la familia real. Además, aquí se encontraban los salones para la celebración de reuniones, recepciones y ceremonias, y la capilla de San Marcos.

Las habitaciones estaban pintadas de colores vivos e intensos, y la decoración y los muebles eran regios y elegantes. No se conserva nada de los originales, y lo que se puede ver ahora se adquirió en 1960.

Las cocinas se ubicaban al lado de la escapera principal, aunque no formaban parte de los primeros diseños de Bellver.

La torre mayor o del homenaje

La torre mayor, también conocida como torre del homenaje, es la más emblemática y singular del castillo de Bellver.

Es una construcción circular de treinta y tres metros de altura, situada exactamente en la parte septentrional. En el interior hay cuatro cámaras circulares de seis metros de diámetro, que se comunican entre sí a través de una escalera de caracol. En el subsuelo está la “olla” o aljibe, que recogía agua de lluvia en caso de tener que sobrevivir a un asedio prolongado.

Un puente sostenido por un doble arco apuntado era el único acceso a la torre del homenaje, y sólo se podía llegar a él desde la terraza superior del castillo. Además, había un puente levadizo que conectaba la parte inferior de la torre, que atravesaba el foso y daba al exterior del castillo, en caso de necesitar emprender la huida sin necesidad de atravesar toda la fortaleza.

La torre recibe su nombre porque en este tipo de edificios se celebraba, en época medieval, el juramento de fidelidad y obediencia al rey o señor de la fortaleza. Por ese motivo tenía que ser una construcción regia, de aspecto noble, en la que destacan las cubiertas con bóveda de las salas y los detalles de algunas ventanas. En muchas de ellas se pueden encontrar bancos de piedra, también conocidos como festejadors.

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