Semana Santa en Palma
El calendario es el encargado de marcar los tres grandes periodos vacacionales del año: la Navidad con sus luces, ilusión y fieles adeptos; el verano y su irresistible pasión por las playas y el moreno en la piel; y Semana Santa que, poco a poco y sin hacer mucho ruido, se ha convertido en uno de los periodos preferidos para viajar en general y para viajar a Mallorca en particular.
Disfrutar de la Semana Santa en Palma es disfrutar de días soleados y plácidos, calles con pocas aglomeraciones y una de las épocas más especiales para disfrutar de una ciudad que se despereza tras el invierno.
En primavera, debido al número moderado de visitantes, Palma es una ciudad perfecta para visitar, descubrir y disfrutar de unos días de descanso. La temperatura es ideal para callejear por los barrios y rincones de la ciudad, para conocer sus tradiciones más arraigadas y la manera en que los locales viven y disfrutan de Palma.
Desde Es Príncep os recomendamos tres planes para hacer en Palma durante esta Semana Santa:
Acércate a la tradición de la Semana Santa
La Semana Santa puede ser algo muy llamativo y pintoresco para todos los visitantes de fuera de España.
Celebraciones en las que la sobriedad y la religión se combinan con el folclore y las raíces. Días de fiesta y tradición.
¿Qué no os podéis perder?
Jueves Santo y la procesión del ‘Crist de la Sang’, el Viernes Santo y la recreación de la Pasión de Cristo en las escalinatas de la Catedral de Palma, el Domingo de Pascua y la alegre 'Procesión del Santo Encuentro' y el Domingo del Ángel en el Castillo de Bellver con la gastronomía y la familia como principales protagonistas de la fiesta.
Primer baño del año
¿Disfrutas de nadar en aguas cristalinas, tranquilas y semi-desiertas? Abril probablemente sea el mes preferido para los amantes de inaugurar los baños en primavera.
Playas vacías, aguas en calma y la temperatura ideal para despertar y sacudir nuestro organismo.
Hacer unos largos en Semana Santa augura una buena temporada de playa.
Piérdete por Palma
Palma tiene menos de 500.000 habitantes y el centro histórico se caracteriza por su sencillez a la hora de caminarlo, patearlo y saborearlo. Es una ciudad tranquila, segura y maravillosa para perderse entre sus callejones, estilos y arquitecturas. Es una ciudad para caminar sin prisa y con los ojos muy abiertos, una ciudad hecha a base de detalles y culturas.
Pasea sin mapa y sin reloj y descubre pedacitos de la historia de Palma a través de su arquitectura.
No tengáis miedo a perderos, el mar siempre será el final del camino.
Y, cómo no, para reponer fuerzas tras tantos kilómetros, culmina el paseo en el increíble rooftop de Es Príncep. El síndrome de Stendhal no tardará en hacer acto de presencia.
¡Os esperamos!