Mejores lugares para dar un paseo de noche en Palma
Las ciudades suelen mostrarnos dos caras diferentes dependiendo del momento del día que sea. La luminosidad de los días claros frente a la intimidad de las farolas nocturnas.
La oscuridad de la noche le confiere un aura de misterio y encanto a muchas ciudades. Luces tenues que consiguen iluminar las partes que, quizás durante el día, no alcanzamos a ver.
Vagar por una ciudad cuando cae la noche tiene algo de exótico, algo de misterioso, algo de intrépido. La ciudad nos ofrece su cara más callada, más silenciosa y más discreta.
Palma, a pesar de ser una ciudad bañada por la luz, tiene un encanto especial cuando cae la noche y reina la luna.
Desde Es Príncep, amantes confesos de la oscuridad y sus encantos, os queremos recomendar los mejores lugares para dar un paseo de noche en Palma.
Pasear por la Calatrava
Pasear por la Calatrava es tener la sensación de pasear por un pueblo durante una noche de verano. Un barrio en el que reina la calma, las luces tenues y el sabor del mar en la piel. Puntos de luz que iluminan callejones estrechos y repletos de historias. El ruido del silencio será vuestra mejor banda sonora.
Callejear Santa Catalina
Sus calles salpicadas de restaurantes, el rumor de las terrazas y una oferta gastronómica envidiable hacen de Santa Catalina uno de los barrios más populares de la ciudad.
Os recomendamos dejaros llevar y descubrir la parte más genuina del barrio, ahí donde las grandes macetas adquieren protagonismo y las casas de pescadores te invitan a soñar.
Admirar la Seu por la noche
La silueta de la majestuosa catedral palmesana es imponente a cualquier hora del día, pero por la noche adquiere un encanto especial. Sus tonos anaranjados contrastan con el oscuro del mar en calma y la noche cerrada. La actividad frenética del día se afloja y el rumor de las olas se percibe desde su mirador.
La Lonja
La Lonja, por definición, es un barrio nocturno. Un hervidero de restaurantes y rincones repletos de encanto y detalles. Una perfecta fusión entre la tradición y la modernidad. La arquitectura gótica, perfectamente representada por el edificio de La Lonja, uno de los emblemas de la ciudad, salpicada de modernos y curiosos restaurantes, cafés, comercios y coctelerías.
Un laberinto de callejuelas que despierta al caer la noche.
Palma, sin lugar a dudas, es una ciudad que crece y evoluciona a diario y su encanto es evidente durante cualquier hora del día. Eso sí, cuando el sol se esconde es irresistible.