Las rutas del modernismo en Palma
La ciudad de Palma alberga un tesoro arquitectónico que a menudo pasa desapercibido: su rico patrimonio modernista. A principios del siglo XX, mientras Barcelona se convertía en el epicentro del modernismo catalán, Palma experimentaba su propia revolución artística. Hoy, estas joyas arquitectónicas nos invitan a un viaje en el tiempo, cuando todo tenía que ser bonito y ornamentado, fuera cual fuera su utilidad.
La ruta esencial, joyas modernistas en el corazón de Palma
Nuestro recorrido comienza en el corazón de la ciudad, donde el modernismo se fusiona con la historia medieval de Palma. El Gran Hotel, diseñado por Lluís Domènech i Montaner, es el punto de partida perfecto. Actualmente sede de la Fundación La Caixa, este edificio de 1903 sorprende con su fachada ornamentada y sus interiores exquisitamente restaurados. A pocos pasos, encontramos Can Forteza Rey, una joya creada por Lluís Forteza Rey en 1909. Su fachada, inspirada en las obras de Gaudí, es un festival de colores y formas orgánicas que captura la esencia del movimiento modernista.
Si seguimos por la Calle Colom, nos topamos con Can Casasayas y Pensión Menorquina, dos edificios gemelos diseñados por Francesc Roca. Sus fachadas ondulantes y los detalles florales en hierro forjado son un testimonio del genio creativo de la época. No muy lejos, en la Plaza Weyler, el edificio del Banco de Crédito Balear nos recibe con su imponente fachada de piedra y sus elegantes elementos decorativos, obra de Gaspar Bennazar.
Descubriendo el modernismo de los barrios: Santa Catalina y El Terreno
El barrio de Santa Catalina nos ofrece una perspectiva diferente del modernismo palmesano. Aquí, las casas de pescadores se entremezclan con edificios de principios del siglo XX, creando un ambiente único. La Casa Lluís Segura, con su característica torre y sus detalles en cerámica, es un ejemplo perfecto de cómo el modernismo se adaptó a las necesidades y gustos locales.
En El Terreno, un paseo por la Calle Joan Miró nos lleva hasta Villa Schembri, una residencia privada que ejemplifica la vertiente más romántica del modernismo. Sus balcones de hierro forjado y los detalles florales en la fachada nos transportan a una época de elegancia y refinamiento.
El legado de Gaudí en Mallorca, la Catedral y el Palacio Episcopal
Ninguna ruta modernista en Palma estaría completa sin una visita a la Catedral de Mallorca. Aunque el edificio en sí es gótico, la intervención de Antoni Gaudí a principios del siglo XX dejó una huella indeleble. El baldaquino sobre el altar mayor y las lámparas diseñadas por el genio catalán son una muestra de cómo el modernismo pudo integrarse en estructuras centenarias, aportando luz y color.
Justo al lado, el Palacio Episcopal también muestra elementos modernistas en su fachada y en algunos de sus interiores, resultado de las reformas llevadas a cabo en la misma época.
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Se trata de mucho más que un estilo arquitectónico; es un viaje sensorial que nos conecta con una época de innovación y belleza. Cada fachada, cada detalle ornamental, cuenta una historia de artesanía y visión artística. Explorar estas joyas arquitectónicas es sumergirse en un capítulo fascinante de la historia de Mallorca.
Te invitamos a descubrir estas maravillas y a crear tus propios recuerdos en el marco incomparable del modernismo palmesano. Porque en Palma, el arte no solo se observa; se vive.