La Bahía de Palma y la ciudad antigua
La bahía de Palma, de acceso fácil desde alta mar, de aguas calmadas y tranquilas fue, ya desde los inicios de la historia, la puerta de entrada por la que llegaron los primeros habitantes de Mallorca. Fenicios, cartagineses y más tarde romanos, convirtieron la incipiente ciudad de Palma en un floreciente núcleo de comercio marítimo.
Palma… ¿Prehistórica?
Una teoría afirma que los primeros “ciudadanos” de Palma eran del período talayótico. Estos pobladores podrían haberse asentado en las zonas que actualmente son el Paseo del Borne, la calle Constitución y los Jardines de la Reina.
Lo que es innegable es que poco a poco Palma se convirtió en zona de comercio, en la que, siglo tras siglo, confluían diferentes pueblos.
En tiempos de Roma
Cuando las naves romanas llegaron a la bahía de Palma, el tráfico marítimo era habitual. Si bien no existía ningún muelle artificial habilitado para la carga y descarga de mercancías, Porto pí, la zona más baja y con la ensenada más pronunciada, hacía las veces de puerto seguro, y así fue hasta casi el siglo XVII.
En torno al año 123 antes de Cristo, los romanos crearon la primera colonia como tal y poco a poco la fueron ampliando: primero era una población con el mar a la espalda, unos acantilados de defensa donde hoy está la Almudaina, y el agua de la Riera al otro lado, como muro de protección natural.
No mucho más tarde, edificarían la muralla alrededor de la antigua ciudad, pero cuando el Imperio Romano de Occidente cayó, la ciudad fue ocupada por vándalos y bizantinos en lo que fueron los siglos oscuros de Palma.
Palma, musulmana
La base romana de Palma sirvió para posteriores construcciones. Sobre los restos romanos de un templo, se edificó una mezquita, que en época del cristianismo fue el punto de partida de la Catedral.
En el año 902 las Baleares se incorporaron al emirato omeya de Córdoba y Palma se convirtió en Madina Mayurqa. Es la época en la que se construyeron posadas, baños y mezquitas, y también el momento en el que Mallorca se parecía más y más al Al-Andalus musulmán.
Fue en este siglo cuando Palma fue dotada de una red hidráulica, a partir de las acequias que sustituían a las canalizaciones hechas por los romanos. Poco a poco Palma se convertía en Ciudad.
La Conquista de Jaime I
En 1229 Jaime I el Conquistador llegaba a Mallorca y desembarcaba en las costas de Calviá. Era septiembre, y, tras un avance por toda esa zona de la isla, llegó a Madina Mayurqa a presentar batalla a los musulmanes. La reconquista definitiva tuvo lugar el 31 de diciembre de ese mismo año.
La ciudad de Palma volvía a cambiar de manos. Pero permanecía el legado romano, al que ahora debía unirse el musulmán. Con Jaime I se iniciaban los últimos siglos de la ciudad antigua, la del barrio judío, la de las atarazanas, las barriadas de Santa Catalina y Puig de Sant Pere…
En todo el casco antiguo de Ciutat se pueden percibir indicios de todas las épocas: los romanos, en las murallas y en construcciones como el temple; los musulmanes en los baños árabes o en los Jardines de la Reina; la Catedral, cuando comienza el cristianismo en Palma, la figura de Jafudà Cresques, antes de que los judíos fueran enviados a vivir a los llamados Call; o las calles de la Lonja, el Consulado del Maro el barrio de Santa Cruz, donde residían los señores de la época.