El despertar de las terrazas
La felicidad de estas semanas, sin duda, cabe en una terraza.
El buen tiempo llega puntual y, después de unos meses entre cuatro paredes, lo hace acompañado de unas ganas locas de cenas al aire libre, de cócteles con amigos, de vistas despejadas y de esa sensación de libertad que tanto ansiábamos.
Las terrazas han adquirido un significado especial durante estas semanas y nada apetece más que sentarse en ellas durante horas, en buena compañía, mientras el sol, ajeno al paso del tiempo, se pierde por algún punto del horizonte de la isla.
Terrazas con vistas al mar, terrazas de interior, terrazas grandes, pequeñas, íntimas, improvisadas o con solera. Da igual. Lo importante es que, poco a poco, las calles desnudas van incorporando sus complementos. Calles que del silencio han pasado a las risas y a las conversaciones en las que intentamos recuperar el tiempo perdido.
Las terrazas tienen la capacidad de hacernos tremendamente felices. Por eso, desde Es Príncep os queremos recomendar algunas de las terrazas que serán capaces de potenciar y multiplicar esos oasis de alegría y desenfado.
Blue Jazz Club
En el Hotel Saratoga, situado en el Paseo Mallorca de Palma, además de disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad, podréis tomar una copa a ritmo de jazz.
Música en directo que pone una banda sonora de lo más especial a esa postal palmesana.
Bar Cuba
Hace más de 100 años que este edificio vive a orillas del mar y en el corazón de Santa Catalina, barrio marinero palmesano.
Desde su terraza –de vistas privilegiadas a la Catedral- los tejados de la ciudad se confunden con el mar en un espectáculo de lo más mediterráneo.
Es Baluard
Arte contemporáneo, buenas vistas y mejor compañía.
La terraza de Es Baluard, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, es punto de encuentro para muchos locales y visitantes.
Almaq – Es Príncep
La joya de la corona la encontramos en casa. Nuestro rooftop, Almaq, es uno de los sitios más especiales de la ciudad.
Por sus vistas a la bahía palmesana, por su ambiente relajado, por su decoración, por su música y por esa luz mágica desde la mañana a la noche.
Por todo eso y más la vida desde Almaq es mucho más agradable.